Ahora que llega el buen tiempo, nos apetece llevar más las gafas de sol. Aunque deberíamos protegernos durante todo el año, la radiación solar en verano es notablemente mayor, por lo que la incidencia de los rayos ultravioletas puede producir estragos en nuestro cuerpo.
Cada hora que se dedica a estar expuesto al sol en verano incrementa en un 4% la posibilidad de desarrollar alteraciones oculares. La exposición continuada al sol puede asociar lesiones cutáneas perioculares, degeneraciones conjuntivales (pterigium o pinguécula), queratitis actínica, degeneraciones de cristalino o retinianas.
Por lo tanto, es muy recomendable el uso de las gafas de sol, ya que además de ser un complemento de moda, protegen nuestros ojos frente a la radiación y las degeneraciones.
Pero, ¿en qué debemos fijarnos para comprar una gafa de protección solar adecuada?
En primer lugar debemos buscar en su varilla el sello CE de la conformidad europea que certifica la calidad y los materiales de las lentes.
Para asegurarnos que protegen contra los UV400, deberán indicarlo con un grabado de la categoría:
Las gafas solares homologadas, además se acompañan de los certificados de calidad y reconocimiento del propio fabricante.
Otro indicador son los materiales de los que está fabricada. Por regla general, unas gafas auténticas y no replicadas, pesan más y tienen mejores acabados, tanto los metales, acetatos o inyectados de los frentes y las varillas, como las charnelas, terminales y almas metálicas que las forman.
Algo que no debe preocuparnos, al contrario de lo que podría pensarse, es la coloración de las lentes, ya no tiene que ver con la protección al UV. Por ejemplo, una lente negra no protege más que una marrón, sin embargo sí que afecta a la percepción visual de los colores de manera diferente, ya que modifica la luminosidad y al contraste, por ello es conveniente probarlos y quedarse con el que más confort nos genere:
-Lentes marrones: Alteran levemente la percepción del color y aumentan el contraste. Reducen el cansancio visual. Ideales para actividades de exterior e interior.
-Lentes grises: Son las que menos alteran el color. Ideales para la conducción y la fotofobia.
-Lentes verdes: Alteran moderadamente la percepción del color. Recomendadas para deportes náuticos o de invierno.
-Luminales: Lentes de tinte amarillo que ofrecen gran luminosidad y contraste. No se recomiendan como lente solar. Suelen utilizarse como filtros de baja visión.
-Colores fantasía: Tonos anaranjados, violetas, azules y rosáceos, ideales para ir a la moda.
Sin embargo, sí que deberemos fijarnos en si la lente es degradada o no, ya que ahí sí que se modifica la categoría de la misma según la zona de la lente, al estar más o menos tintada.
Los tratamientos espejados, al igual que la coloración, son meramente estéticos. No ofrecen protección extra a la lente.
Otro elemento a tener en cuenta es si elegimos una lente polarizada. Son ideales para conducción, deportes acuáticos o de exterior. Las lentes polarizadas garantizan una visión sin reflejos, manteniendo gran nitidez y contraste. Esto lo consiguen mediante una lámina polarizada que dirige la luz a una determinada longitud de onda, eliminando la que se mueve en direcciones opuestas. Al igual que en el caso de la categoría, deben ir identificadas en la varilla y con los certificados de calidad.
Junto con todas estas recomendaciones, solo me queda darte un consejo más, y es que si te decides a comprar una gafa de sol para esta temporada, lo hagas en una óptica, ya que somos los establecimientos dedicados a ello.
¡Os esperamos en Sahún Óptica para atender todas vuestras dudas!